sábado, octubre 28, 2006

Amsterdam el primer aeropuerto convertido en un gigantesco "mall" o centro comercial


"Buy and bye" Compras y te vas...

Por Marco CAR
(escuchar el podcast aquí)

Arribo al aeropuerto de Ámsterdam. Más que un aeropuerto, el de Ámsterdam es una enorme tienda. Un “mall” como dicen en Estados Unidos. Solamente me bajo y hay letreros por todas partes que me invitan, que invitan a los viajeros a comprar. Por todos lados tiendas, de todo tipo. Nada es barato, pero aún así hay niveles. Están desde las gorras y bufandas del Ajax de Holanda, famoso equipo de fútbol, hasta tiendas con ropa de diseñador. Se puede conseguir desde una postal hasta un IPED, una cámara de vídeo, etc. Incluso hay un museo donde exponen obras famosas de pintores holandeses.

El lugar es cosmopolita, Pero sobresalen las personas de origen asiático. Todo es caro. Por 10 euros uno tiene derecho de conectarse al Internet de manera Wi-Fi. Todo se resume en un cartel que se ve por todos lados: “Buy and Bye” (compra y adiós). También hay restaurantes de todo tipo, japoneses, chinos, italianos y el infaltable McDonalds. Ahí espero por cuatro horas… a la entrada de la aduana, hay como 15 asiáticos, niños, señoras, jóvenes, ancianos haciendo fila. A ellos los revisan uno a uno. Les abren sus bolsas, la comida que llevan, sus bolsas con fideos, etc. Por ello, un agente aduanal me mira y me hace la seña de que me forme en una línea que no estaba en funcionamiento. Todo bien, habla español. Pero ve mi disco duro móvil y lo pasan por los rayos x y me preguntan qué es esa mancha que se ve por la pantalla de rayos x. No sé, responde. Entonces llega otro que dice algo en holandés y concluyen que no, que no es nada, que puedo pasar.

Me voy y los asiáticos siguen ahí. Ellos parecian ser más peligrosos que yo, incluso la niñita que llevaba un osito de peluche. Al subir al avión van como 15 niños, todos asiáticos, salvo dos que eran rubios. Se sientan al lado de mi y los escucho hablar en castellano y con un marcado acento español. El futuro de España será así. Dos horas y media después llegamos a Madrid. Un cielo rojo impresionante provocado por el ocaso nos recibe. Un español menciona que nunca había visto algo así en Madrid. Por fin llego a Europa otra vez, luego de cuatro años de espera. La espera, sin embargo, tardaría cuatro horas más, pues he llegado a las 9 al aeropuerto de Barajas ¡pero mis maletas no! Pero llegan en el vuelo de las 00:30. Lo bueno: mi amiga Raquel ya está aquí y mientras esperamos vamos por una caña (cerveza) para mí, para ella una soda, pues va a conducir a través de Madrid para hospedarme en su casa. Ahí, pese a la hora (casi las 2) nos esperan jamones, pan y vino. Si, estoy en España otra vez…(escuchar el podcast aquí)
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